DALLAS, 1 de abril del 2020 — Algunos cardiólogos de Wuhan, China y otros países recomiendan a los pacientes con hipertensión arterial que continúen tomando sus medicamentos, aunque los efectos de algunos se hayan visto afectados por las infecciones de COVID-19. El tema se detalla en dos artículos de perspectivas publicados hoy en la Journal of the American Heart Association, la revista de libre acceso de la American Heart Association.
Los medicamentos inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE-i o ACEI) o los antagonistas de los receptores de la angiotensina (ARB) se prescriben en afecciones tales como insuficiencia cardíaca, hipertensión o cardiopatía.
Esta información confirma además la orientación proporcionada en una declaración del 17 de marzo por parte de la American Heart Association, la Heart Failure Society of America y el American College of Cardiology.
Cardiólogos en Wuhan, China, donde se originó el COVID-19, señalan que, aunque se ha sugerido que estos medicamentos podrían ocasionar un mayor riesgo de sufrir COVID-19, los medicamentos desempeñan un papel fundamental en muchas afecciones cardiovasculares:
“El modelo ACE2 desempeña un papel protector tanto en las enfermedades cardiovasculares como en las lesiones pulmonares agudas. En el caso de los pacientes no infectados, tendemos a creer que no es necesario interrumpir los ACEI/ARB debido a la falta de evidencia que respalde la hipótesis de que los ACEI/ARB podrían generar un mayor riesgo de infección por SARS-CoV-2. En el caso de los pacientes infectados, aunque una mayor expresión de ACE2 podría asociarse con cargas virales más altas, el tratamiento de ACEI/ARB no se debe interrumpir categóricamente, ya que pueden bloquear el RAS (sistema renina-angiotensina, por su sigla en inglés) y proteger a los pacientes de posibles lesiones cardíacas de COVID-19, y también podrían reducir la gravedad del daño pulmonar causado por la infección. Sin embargo, no hay necesidad inmediata de comenzar un tratamiento con ACEI/ARB debido a que no se ha demostrado evidencia definitiva de que puedan contribuir a la supervivencia de los pacientes con COVID-19”.
En un segundo artículo de perspectivas, un grupo de investigadores de Suiza, Alemania y Nueva York afirma que es una “espada de doble filo” y apoyan la posición de las sociedades de cardiología profesionales, incluida la American Heart Association, para continuar el tratamiento con ACEI y ARB.
“Actualmente, no podemos descartar que la ingesta crónica de ACEI o ARB pueda facilitar el ingreso y la replicación viral del SARSCoV-2. Por otra parte, aún se desconoce si la ingesta de ACEI o ARB durante una infección es benéfica con respecto al resultado pulmonar. Posiblemente, estamos lidiando con una espada de doble filo en función de la fase de la enfermedad: una mayor expresión inicial de ACE2 podría aumentar la infectividad. Si el uso de ACEI/ARB fuera un factor de riesgo abordable. Por el contrario, una vez que se ha producido una infección por SARS-CoV-2, la disminución de ACE2 puede ser el sello distintivo de la progresión de COVID-19. Por lo tanto, el aumento utilizando preferentemente el bloqueo de RAS y el reemplazo de ACE2 en la fase de síndrome respiratorio agudo puede resultar beneficioso”.
Además, el grupo señala que “la discontinuación de estos medicamentos puede exacerbar la insuficiencia cardíaca manifiesta”.
Ambos artículos proponen una investigación urgente del problema. La semana pasada, la American Heart Association anunció $2,5 millones de financiamiento para una rápida investigación cardiovascular y cerebrovascular para abordar la creciente crisis de la pandemia de COVID-19.
Recursos adicionales:
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- Comunicado de prensa de la AHA: Los pacientes que toman ACE-i y ARB, que contraen COVID-19, deben continuar con el tratamiento, a menos que su médico indique lo contrario
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