Aspectos destacados de la declaración:

  • La mayoría de los adultos LGBTQ informan que han sufrido discriminación por parte de un profesional de la salud.
  • En comparación con los adultos heterosexuales cisgénero, las poblaciones LGBTQ experimentan factores estresantes de tipo social, psicológico y de múltiples niveles, incluida la exposición a la discriminación y la violencia. Sin embargo, los datos sobre cómo estos factores estresantes afectan su salud cardiovascular son limitados.
  • Se necesitan cambios en las políticas de educación sanitaria y los entornos clínicos para mejorar la salud cardiovascular de la población LGBTQ.

Prohibida su divulgación hasta las 4:00 a. m. hora del centro/5:00 a. m. hora del este del 8 de octubre del 2020

DALLAS, 8 de octubre del 2020 — Más de la mitad (56%) de los adultos LGBTQ y el 70% de los que son transgénero o de género no conforme sufren alguna forma de discriminación, incluido el uso de lenguaje hostil u ofensivo, por parte de un profesional de la salud. Una nueva declaración científica de la American Heart Association (AHA) titulada “Evaluar y abordar la salud cardiovascular de adultos lesbianas, gais, bisexuales, transgénero y queer (o con cuestionamientos)”, publicada hoy en la revista insignia de la AHA, llamada Circulation, sugiere que, para mejorar la salud cardiovascular de la población LGBTQ, se requerirá un enfoque multifacético que incluya investigadores, médicos y expertos en salud pública.

En términos de salud, la orientación de las personas LGBTQ se considera una “minoría sexual”, mientras que a las personas que son transgénero o se identifican como de género no conforme se las considera una “minoría de género”.

En la declaración, se examina la investigación existente sobre los vínculos específicos de la población LGBTQ con las disparidades de la salud cardiovascular, identifica vacíos en el conocimiento y brinda sugerencias para mejorar la investigación cardiovascular y la atención médica de las personas LGBTQ. 

“Esto es de particular importancia ahora, en un momento en el que hay mayor conciencia de las desigualdades sanitarias relacionadas con el tratamiento desigual y la discriminación en EE. UU.”, señaló Billy A. Cáceres, Ph.D., R.N., becario de la AHA (Fellow of the American Heart Association, FAHA), presidente del grupo de redacción de la declaración y profesor asistente de la Escuela de Enfermería de la Columbia University en la ciudad de Nueva York. “Las personas LGBTQ están retrasando la obtención de atención médica primaria y las consultas de prevención debido a porque existe un gran temor a que las traten de forma diferente. A menudo, un trato distinto significa recibir una atención médica deficiente o inferior debido a la orientación sexual o la identidad de género”.

Las poblaciones LGBTQ se enfrentan a factores estresantes únicos, como el rechazo de la familia y la ansiedad producida por ocultar su orientación sexual o identidad de género. Los factores estresantes de múltiples niveles de las minorías y los factores estresantes generales suelen interactuar de maneras complicadas que afectan la salud de las personas LGBTQ. Además, los adultos LGBTQ que pertenecen a razas y grupos étnicos subrepresentados históricamente sufren niveles de pobreza más altos, tienen viviendas inseguras y menos opciones de atención médica, en comparación con sus pares LGBTQ que son de raza blanca.

El grupo de redacción destacó que la confianza hacia los profesionales de la salud aún es insuficiente entre muchos de los miembros de la comunidad LGBTQ. Asimismo, los profesionales de la salud necesitan más educación sobre cómo proporcionar la atención médica adecuada a los pacientes LGBTQ. Cáceres indicó: “Es fundamental incluir contenido acerca de la salud LGBTQ en los requisitos de formación y acreditación clínica a fin de abordar estas disparidades en materia de salud cardiovascular”.

Las organizaciones y los organismos acreditadores que son responsables de los planes de estudios para profesionales de la salud no han exigido de manera específica que dichos planes tengan contenido relacionado con la comunidad LGBTQ. Por lo tanto, en lo que respecta a la educación para profesionales de la salud, existe muy poco material. En una encuesta en línea de estudiantes realizada en el 2018 en 10 escuelas de medicina, se descubrió que alrededor del 80% de los estudiantes sentía que no era competente para brindarle atención médica a pacientes transgénero. En otro estudio de más de 800 médicos residentes en 120 residencias médicas internas en EE. UU., no se descubrió una diferencia en cuanto al conocimiento entre los años iniciales y los años de posgrado cuando se trataba de temas de salud específicos de las personas LGBTQ. En la declaración, se indica que la Comisión de Revisión de Acreditación de la Educación para los Asistentes Médicos comenzó a exigir contenido LGBTQ en los planes de estudios en septiembre del 2020.

El comité de redacción sugiere que la evaluación y la documentación de la orientación sexual y de la identidad de género en las historias clínicas electrónicas podrían proporcionar una oportunidad para abordar problemas de salud específicos de pacientes LGBTQ y fortalecer nuestra capacidad de examinar la salud cardiovascular de los adultos LGBTQ de una manera más amplia. También se debe tener en cuenta que es importante comprender la terminología de las identidades LGBTQ. En la declaración, se incluye un glosario para detallar y aclarar los diversos términos y las palabras clave que se utilizan para describir a los miembros de la comunidad LGBTQ, como bisexual, transgénero, gay, género no binario, etc.

“Los sistemas de atención de salud deben desempeñar una función importante: promulgar políticas para alentar y apoyar a los investigadores y los profesionales de la salud a hacer estas preguntas de manera respetuosa e implementar estructuras que hagan hincapié en la importancia clínica de comprender los múltiples niveles relacionados con la atención médica de las personas que tienen una orientación sexual o identidad de género que pertenece a una minoría”, afirmó Cáceres.

En la declaración, también se señala que, aunque hay poca información sobre la salud cardiovascular de las personas LGBTQ, algunos factores de riesgo destacan entre los datos existentes. Estos identifican las áreas que requieren esfuerzos específicos en materia de salud cardiovascular centrados en la población LGBTQ:

  • Los adultos LGBTQ tienen más probabilidades de ser consumidores de tabaco que sus pares heterosexuales cisgénero.
  • De acuerdo con los resultados de una revisión sistemática, los adultos transgénero tenían niveles de actividad física más bajos que sus contrapartes cisgénero. En la declaración, se sugiere que una atención médica que valide la identidad de género podría desempeñar un papel en el incentivo de la actividad física entre las personas transgénero.
  • Las mujeres transgénero pueden tener un mayor riesgo de padecer de enfermedades cardiovasculares debido a factores conductuales y clínicos (como el uso de hormonas para apoyar la feminización, como el estrógeno).
  • Es más probable que las mujeres transgénero y las personas no binarias beban alcohol en exceso.
  • Las mujeres lesbianas y bisexuales presentan una prevalencia de la obesidad mayor que la de las mujeres heterosexuales.

Se necesita una futura investigación en todo el espectro de la comunidad LGBTQ para comprender mejor los intrincados y múltiples niveles de factores de estrés psicológicos y sociales que pueden afectar la salud cardiovascular de las personas LGBTQ y para desarrollar e implementar intervenciones apropiadas que fomenten una mejor salud cardiovascular y un bienestar general.

Adicionalmente, también hacen falta datos acerca de las diferencias en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares según la raza, la etnia y el nivel socioeconómico entre las personas que son miembros de la comunidad LGBTQ. Esto se debe a que la mayoría de los estudios anteriores han tenido como base, en gran medida, muestras de adultos LGBTQ de raza blanca y con formación académica.

Cáceres aseveró: “Hay mucho que hacer para entender y mejorar la salud cardiovascular de los adultos LGBTQ. Necesitamos una investigación más sólida que nos permita sacar conclusiones más potentes, así como iniciativas para aumentar el conocimiento de los profesionales de la salud y, de esta forma, mejorar los resultados de la atención médica y la salud para los adultos LGBTQ”.

La declaración científica es un documento desarrollado por el grupo de redacción en nombre del Consejo de enfermería cardiovascular y accidentes cerebrovasculares; el Consejo de hipertensión; el Consejo de estilo de vida y salud cardiometabólica; el Consejo de enfermedad vascularperiférica y el Consejo de accidentes cerebrovasculares de la American Heart Association.

Los coautores son Carl G. Streed Jr., M.D., M.P.H., FACP, vicepresidente; Heather L. Corliss, M.P.H., Ph.D.; Donald M. Lloyd-Jones, M.D., Sc.M., FAHA; Phoenix A. Matthews, Ph.D.; Monica Mukherjee, M.D., M.P.H.; Tonia Poteat, Ph.D., PA-C, M.P.H.; Nicole Rosendale, M.D. y Leanna M. Ross, Ph.D. Los conflictos de interés de los autores están en el artículo.

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