Puntos destacados de la investigación:

  • La reducción de la contaminación del aire en los EE. UU. durante el cierre por el COVID-19 se vinculó a una reducción en los ataques cardíacos cuando se realizó un análisis de la contaminación y los ataques cardíacos que ocurrieron entre el 1 de enero del 2019 y el 30 de abril del 2020.
  • El número de ataques cardíacos disminuyó con cada disminución de 10 microgramos por metro cúbico de material particulado 2.5, un tipo común de contaminación del aire. Durante el cierre por la pandemia, esto se tradujo en 374 ataques cardíacos menos por cada 10,000 personas-año.

Prohibida su divulgación hasta las 4:00 a. m. CT/5 a. m. ET, lunes 8 de noviembre del 2021

DALLAS, 8 de noviembre del 2021. La reducción de la contaminación del aire en los EE. UU. durante el cierre por el COVID-19 iniciado en marzo del 2020 se vinculó a una reducción en los ataques cardíacos graves, según una investigación preliminar que se va a presentar en las Sesiones científicas de la American Heart Association del 2021. La reunión se llevará a cabo de manera totalmente virtual, desde el sábado 13 hasta el lunes 15 de noviembre del 2021, y es un intercambio mundial de primer nivel en el que se presentan los últimos avances científicos, de investigación y actualizaciones de las prácticas clínicas sobre la base de la evidencia en el área de la ciencia cardiovascular para los profesionales del cuidado de la salud en todo el mundo.

“La reducción de la contaminación no solo es útil para el medioambiente, sino que también puede tener importantes beneficios para la salud a nivel de la población, como la prevención de los ataques cardíacos”, afirmó la autora principal del estudio, Sidney Aung, B.A., estudiante de medicina de cuarto año en la Universidad de California, San Francisco.

Las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en los Estados Unidos. Los factores de riesgo de enfermedades cardíacas no tratados, pero modificables, como el tabaquismo, la presión arterial alta, el colesterol alto y la diabetes, así como la inactividad física y el sobrepeso, pueden contribuir a los ataques cardíacos y ocasionarlos. Una investigación anterior confirmó que las condiciones ambientales, como la contaminación del aire, pueden aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.

De acuerdo con una declaración de la política de la American Heart Association del 2020 que cita un estudio global, la contaminación del aire ambiente se reconoce ampliamente como un factor que contribuye de manera significativa a las enfermedades cardiovasculares y la muerte. En el 2017, se calculó que la exposición a la contaminación del aire particulado estaba asociada con más de 7 millones de muertes prematuras y la pérdida de 147 millones de años de vida saludables a nivel mundial.

Las órdenes de permanecer en casa para ralentizar la propagación del COVID-19 comenzaron a emitirse en varias ciudades y estados de EE. UU. después de que la Organización Mundial de la Salud caracterizara el brote como una pandemia a mediados de marzo del 2020. Para abril del 2020, algunos estados comenzaron a reabrirse parcialmente. Durante el período analizado en este estudio, entre enero del 2019 y abril del 2020, la cantidad de ataques cardíacos graves disminuyó sustancialmente en asociación con una disminución de los niveles de contaminación ambiental.

Según un análisis internacional, el Informe Mundial sobre la Calidad del Aire 2020 de IQ Air, las medidas de cuarentena mundiales para ralentizar la propagación del COVID-19 dieron como resultado un aire más saludable en todo el mundo en el 2020. El informe se basa en la base de datos más grande del mundo de mediciones de contaminación del aire realizadas en tierra, que agrega datos de material particulado 2.5 publicados en tiempo real obtenidos de sensores en tierra durante todo el 2020. Se observó menos contaminación del aire, especialmente durante el período inicial de la cuarentena, cuando se pidió a las personas que permanecieran en sus casas, que se cerraran las escuelas y los negocios, y que implicó la reducción del tráfico de vehículos y aviones.

En este estudio, se revisaron las mediciones diarias de contaminación del sitio web de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. entre el 1 de enero del 2019 y el 30 de abril del 2020, específicamente, de un tipo común de contaminación del aire llamado material particulado 2.5, que contiene trozos microscópicos de sustancias sólidas. Mediante el uso de registros del Sistema de Información del Servicio de Emergencias Médicas Nacional y del censo de EE. UU., los investigadores analizaron la frecuencia de los ataques cardíacos en diversas regiones de EE. UU durante el mismo período.

En general, se produjeron 60,722 ataques cardíacos durante el estudio. Con cada disminución de 10 µg/m3 (microgramos por metro cúbico) de material particulado 2.5, la cantidad de ataques cardíacos disminuyó en un 6%, lo que se traduce en una reducción de 374 ataques cardíacos por cada 10,000 personas-año.

“En este estudio, se destaca la importancia de reducir la contaminación del aire, que podría, a su vez, prevenir los ataques cardíacos”, afirmó Aung. “También esperamos que nuestro estudio pueda influir en otros investigadores para realizar investigaciones similares que corroboren estos resultados o para investigar otras formas de contaminantes del aire fuera del material particulado 2.5, que también pueden haber disminuido durante las cuarentenas por la pandemia”.

El estudio presenta varias limitaciones: es un análisis observacional y, por lo tanto, no pudo demostrar definitivamente la causa y el efecto; no evaluó la información a nivel individual con respecto a la edad, el sexo y la raza; y los ataques cardíacos en el estudio del estudio fueron identificados por paramédicos y otros profesionales de servicios de emergencias médicas en lugar de médicos.

“Existe una investigación extensa que indica que la exposición a los contaminantes del aire, el ozono y los contaminantes relacionados con el tráfico vehicular se asocia con un mayor grado de ateroesclerosis y un mayor riesgo subyacente de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral”, dijo Joel D. Kaufman, M.D., M.P.H., presidente de la declaración de política del 2020 de la American Heart Association sobre la contaminación del aire.

Señaló que otros estudios han identificado vínculos similares, como una rápida reducción de los ataques cardíacos agudos ocurridos después de que las prohibiciones de fumar en áreas públicas redujeran la exposición al humo del cigarrillo para los fumadores pasivos. Sin embargo, no está claro qué conexiones existen entre la cuarentena por la pandemia y la reducción en los ataques cardíacos.

“También es posible que ocurrieran otras cosas el año pasado que redujeron los desencadenantes de los ataques cardíacos: menos actividades de esfuerzo u otros factores estresantes, por ejemplo, que también fueron resultado de las cuarentenas por el COVID”, dijo Kaufman, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud Ambientales y Ocupacionales, Medicina y Epidemiología en la Universidad de Washington en Seattle.

“Si resulta que podemos relacionar significativamente una reducción de la contaminación del aire relacionada con el tráfico vehicular durante las cuarentenas por el COVID con una reducción de los ataques cardíacos, esto señala el camino hacia un cambio importante que podría ayudar a reducir la carga de las enfermedades cardíacas. Sabemos cómo reducir las concentraciones de contaminación del aire y hemos visto que es posible.

“Esto podría reforzar los beneficios de la reducción de la contaminación del aire como una forma rentable de mejorar la salud”, afirmó. “También significa que la reducción de la combustión de combustibles fósiles, que debemos hacer de todos modos para combatir el cambio climático, puede producir enormes beneficios para la salud ahora, incluso si los beneficios climáticos tardan años en acumularse”.

La American Heart Association recomienda un mayor desarrollo de enfoques de políticas basados en la evidencia, una inversión continua en investigación y más innovación y asociaciones transformadoras para reducir la carga cardiovascular de los contaminantes del aire ambiental en los Estados Unidos.

Los coautores son Eric Vittinghoff, Ph. D. y Gregory M. Marcus, M. D., M. A. S. Los datos públicos de los autores se encuentran en el resumen. No se informaron fuentes de financiamiento para el estudio.

Recursos adicionales:

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Las Sesiones científicas 2021 de la American Heart Association consisten en un primer intercambio mundial de los últimos avances científicos, de investigación y actualizaciones de las prácticas clínicas sobre la base de la evidencia en el área de la ciencia cardiovascular para los profesionales del cuidado de la salud en todo el mundo. La reunión de tres días contará con más de 500 sesiones enfocadas en las actualizaciones de los avances cardiovasculares básicos, clínicos y demográficos en una experiencia totalmente virtual, desde el sábado 13 de noviembre hasta el lunes 15 de noviembre del 2021. Miles de destacados médicos prácticos, científicos, cardiólogos, enfermeros clínicos avanzados y profesionales afines del cuidado de la salud de todo el mundo se reunirán virtualmente para participar en las presentaciones, los debates y los programas científicos básicos, clínicos y demográficos que pueden dar forma al futuro de la ciencia y medicina cardiovascular, que incluye la prevención y las mejoras en la calidad. Durante la reunión de tres días, los asistentes recibirán acceso exclusivo a más de 4000 presentaciones de investigación originales y podrán obtener créditos de Educación médica continua (CME, Continuing Medical Education), Educación continua (CE, Continuing Education) o Mantenimiento de la certificación (MOC, Maintenance of Certification) para sesiones educativas.  Participa en las Sesiones científicas del 2021 por redes sociales; para ello utiliza la etiqueta #AHA21.

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