Puntos destacados de la investigación:

  • Los hallazgos preliminares de un estudio a largo plazo realizado en niños de Massachusetts han relacionado potencialmente que el consumo regular de bebidas azucaradas y jugos de frutas (8 onzas o más al día) durante la niñez y la adolescencia puede causar un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, según los marcadores glucémicos, entre los niños, pero no así en las niñas.
  • Los investigadores también encontraron que comer fruta fresca durante la infancia y la adolescencia no está asociado con un aumento o disminución de los marcadores de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

Prohibida su divulgación hasta las 3 p. m., CT/4 p. m., ET, del martes, 19 de marzo de 2024

CHICAGO, 19 de marzo de 2024 — Un reducido estudio a largo plazo de casi 500 niños en Massachusetts ha descubierto que beber regularmente bebidas azucaradas y jugos 100 % de frutas durante la niñez y la adolescencia puede estar relacionado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre los niños, pero no en las niñas, según una investigación preliminar que se presentará en la Conferencia de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) Sesiones científicas de Epidemiología y Prevención (EPI)│Estilo de Vida (Lifestyle) y Salud Cardiometabólica 2024 entre el 18 y el 21 de marzo, en Chicago. La reunión ofrecerá la ciencia más reciente sobre la salud y el bienestar basados en la población y las consecuencias para el estilo de vida.

“Si bien estos hallazgos son preliminares, respaldan la evidencia existente sobre la posible relación entre las bebidas con azúcar agregada y el riesgo a largo plazo de desarrollar diabetes tipo 2 en los niños”, dijo la Investigadora Principal Soren Harnois-Leblanc, Ph.D., Dietista Registrada e Investigadora Postdoctoral del Departamento de Medicina Poblacional de Harvard Pilgrim Health Care Institute y Harvard Medical School, ambos en Boston. “Los pediatras y otros profesionales de cuidados de salud deben advertir a los pacientes jóvenes y a sus padres acerca del consumo de bebidas azucaradas y jugos de frutas cuando hablan de hábitos alimentarios saludables”.

Según los datos sobre bebidas azucaradas de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) de 2022, casi dos tercios de los niños y adolescentes en los EE. UU. consumen al menos una bebida azucarada, como refresco, limonada o una bebida energética, todos los días. También señala que, además del aumento de peso, comer demasiados alimentos con azúcares añadidos, especialmente de bebidas azucaradas, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes tipo 2 y caries.

Con los datos del Proyecto Viva, un estudio a largo plazo actualmente en curso sobre mujeres y sus hijos en el este de Massachusetts que comenzó en 1999, los investigadores exploraron que beber tanto bebidas azucaradas, jugos 100 % de frutas como consumir frutas frescas estaba asociado con marcadores para el desarrollo de diabetes tipo 2. Los investigadores calcularon el consumo promedio de bebidas azucaradas, jugos 100 % de frutas y frutas frescas durante la niñez y la adolescencia basándose en registros dietéticos y evaluaron sus posibles asociaciones con tres marcadores de diabetes tipo 2: la resistencia a la insulina, el nivel de glucemia en ayunas y los niveles de HbA1c. Estos marcadores se midieron mediante un único análisis de sangre en ayunas al final de la adolescencia (aproximadamente a los 17 años).

El análisis determinó lo siguiente:

  • Cada porción diaria de bebidas azucaradas (aproximadamente 8 onzas) durante la infancia y la adolescencia entre los niños se asoció con un aumento del 34 % en la resistencia a la insulina; un aumento de 5.6 miligramos por decilitro (mg/dl) en los niveles de glucemia en ayunas; y un aumento del 0.12 % en los niveles de HbA1c al final de la adolescencia.
  • Beber jugos 100 % de fruta durante la niñez y la adolescencia se relacionó con un aumento del 0.07 % en los niveles de HbA1c en la adolescencia tardía por porción diaria de jugo 100 % de fruta entre los niños del estudio, con solo un ligero aumento en las niñas del 0.02 %.
  • Según Harnois-Leblanc, comer fruta fresca durante la infancia y la adolescencia no pareció tener un efecto positivo o negativo sobre el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre los niños o niñas del estudio.

Las asociaciones entre el consumo regular de bebidas azucaradas y la resistencia a la insulina, los niveles de glucemia en ayunas y los niveles elevados de HbA1c entre los niños persistió cuando se consideraron otros factores de salud, familiares y sociales. Estos factores incluyeron el estatus socioeconómico; índice de masa corporal del niño y de la madre; la edad de la madre en el momento del nacimiento del niño; antecedentes maternos y paternos de diabetes tipo 1 o tipo 2; calidad general de la dieta y otros comportamientos de estilo de vida.

“Aunque varios aspectos de la biología y los comportamientos difieren entre niños y niñas, esperaba encontrar también una asociación entre las bebidas azucaradas y la ingesta de jugos de frutas y los aumentos en la resistencia a la insulina, la glucemia y los niveles de HbA1c en las niñas de la adolescencia tardía. También me sorprendió que comer frutas enteras no redujera los niveles de estos marcadores de diabetes tipo 2”, dijo Harnois-Leblanc.

“Los próximos pasos son utilizar herramientas estadísticas más avanzadas que nos permitan comprender mejor la posible causa de las bebidas azucaradas y los jugos de frutas, y examinar si las relaciones también pueden diferir entre los niños según la raza o el origen étnico”.

Antecedentes y detalles del estudio:

  • Los investigadores analizaron datos de los hijos de 2,128 mujeres embarazadas que tuvieron hijos mientras estaban inscritas en el Proyecto Viva. 972 de los niños cumplieron los criterios para su inclusión en este estudio (cuestionarios completados por los padres durante el examen del niño a los 3 años y sin antecedentes personales o de los padres de diabetes tipo 1 o tipo 2, evaluados por separado del historial de los padres de diabetes tipo 2). De los 972 niños, a 455 se les tomó una muestra de sangre en ayunas en una visita de investigación al final de la adolescencia, afirmó Harnois-Leblanc.
  • 240 de los niños en el estudio eran niñas y 215 eran niños.
  • El Proyecto Viva es un estudio a largo plazo de mujeres y sus hijos en el este de Massachusetts el cual comenzó con la inscripción en 1999. El estudio se centra en mejorar la salud materna e infantil examinando el impacto potencial de diversos factores de vida y salud durante y después del embarazo en la salud de la madre y la salud de sus hijos, incluida una revisión de la dieta y la nutrición. Los niños fueron seguidos desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia, hasta los 20 años en el seguimiento más reciente.
  • Los investigadores evaluaron la frecuencia de beber bebidas azucaradas, jugos de frutas y comer fruta fresca (según tamaños de porciones estándar) a partir de cuestionarios completados por los padres a la edad del niño de aproximadamente 3, 8 y 13 años; y midieron los niveles de glucemia en ayunas, insulina y HbA1c al final de la adolescencia (edad promedio de 17.4 años).

El estudio tuvo varias limitaciones. Aunque encontró una asociación entre el consumo regular de bebidas azucaradas y jugos de frutas y el desarrollo de marcadores de diabetes tipo 2, no pudo probar que las bebidas causaran diabetes tipo 2. Además, el número relativamente bajo de participantes en el estudio puede haber afectado la fuerza de la asociación encontrada entre las bebidas azucaradas y los jugos de frutas y el mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.

“La dieta y la salud cardiometabólica son complejas, con muchos factores que varían con el tiempo e interactúan de diferentes maneras, y este estudio representa una pequeña parte de este rompecabezas”, dijo Harnois-Leblanc.

Penny M. Kris-Etherton, Ph.D., R.D., FAHA, miembro del Comité de Nutrición de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón), dijo: “Este estudio ha demostrado que una mayor ingesta de bebidas azucaradas, incluido el jugo de frutas, durante la infancia y la adolescencia se asocia con marcadores más altos de riesgo de desarrollar diabetes en adolescentes tardíos en los niños, pero no en las niñas. Es sorprendente que muchas medidas de riesgo de diabetes tipo 2 aumentaran en los niños a una edad tan temprana”.

Kris-Etherton, Profesora Emérita de Ciencias de la Nutrición en Penn State University, también fue coautora del informe científico de 2018 sobre bebidas azucaradas bajas en calorías y salud cardiometabólica de la Asociación.

“Es importante destacar que, aunque la ingesta de fruta no parecía tener un efecto de protección, no se asoció con un mayor riesgo de diabetes tipo 2”, dijo. “Estos hallazgos respaldan las recomendaciones dietéticas actuales de la Asociación y de muchas organizaciones de limitar o eliminar el consumo de bebidas azucaradas y, en su lugar, consumir frutas enteras, que son ricas en muchos nutrientes, especialmente los que faltan en la dieta estadounidense promedio”. (Los nutrientes deficientes son las vitaminas y nutrientes que carecen a diario en los alimentos que consumen las personas; las deficiencias a largo plazo de algunas vitaminas y nutrientes se han relacionado con resultados adversos para la salud).

El recurso de cuidados de salud llamado Conozca la diabetes de memoria, desarrollado por la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) y la American Diabetes Association, brinda información sobre cómo prevenir enfermedades cardíacas y ataques o derrames cerebrales mientras se vive con diabetes tipo 2. La iniciativa tiene como objetivo crear conciencia y comprensión sobre el vínculo entre la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, proporcionar recursos y apoyo para ayudar a las personas a gestionar mejor su riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y derrames cerebrales, apoyar a los profesionales de cuidados de salud compartiendo las últimas pautas clínicas y la ciencia y participar en los sistemas de salud a fin de mejorar la calidad de la atención a las personas con diabetes tipo 2.

Los nombres de los coautores, los datos públicos y las fuentes de financiación se encuentran en el resumen.

Las afirmaciones y conclusiones de los estudios se presentan en los encuentros científicos de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) son exclusivas de los autores del estudio y no reflejan necesariamente la política ni la posición de la Asociación. La Asociación no ofrece garantía de ningún tipo de su exactitud o fiabilidad. Las sinopsis que se presentan en los encuentros científicos de la Asociación no han sido revisadas por homólogos, sino que se han seleccionado por paneles de revisión independientes y se toman en consideración con base en su potencial para contribuir a la diversidad de los asuntos y puntos de vista científicos que se debatieron en el encuentro. Los hallazgos se consideran preliminares hasta que se publiquen como artículos completos en publicaciones científicas revisadas por homólogos.

La Asociación recibe financiación de personas particulares principalmente; además, distintas fundaciones y empresas (incluidas compañías farmacéuticas y fabricantes de dispositivos, entre otras) realizan donaciones y financian eventos o programas específicos de la Asociación. La Asociación tiene políticas estrictas para evitar que estas relaciones influyan en el contenido científico. Los ingresos de las compañías farmacéuticas y de biotecnología, los fabricantes de dispositivos y los proveedores de seguros de salud y la información financiera general de la Asociación están disponibles aquí.

Recursos adicionales:

 

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Las sesiones científicas EPI/Lifestyle 2024 de la American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón) es una reunión mundial de primer nivel dedicada a los últimos avances en la ciencia basada en la población. El encuentro 2024 se realiza únicamente en persona, de lunes a jueves, del 18 al 21 de marzo, en el Hilton Chicago. El objetivo principal del evento es promover el desarrollo y la aplicación de la ciencia demográfica y traslacional para prevenir enfermedades cardíacas y el derrame cerebral, y fomentar la salud cardiovascular. Las sesiones se centran en factores de riesgo, obesidad, nutrición, actividad física, genética, metabolismo, biomarcadores, enfermedad subclínica, enfermedad clínica, poblaciones sanas, salud global y ensayos clínicos orientados a la prevención. Los Consejos de Epidemiología y Prevención (EPI) y Estilo de Vida (Lifestyle) y Salud Cardiometabólica planificaron conjuntamente las sesiones científicas EPI│Lifestyle 2024. Siga la conferencia en Twitter en #EPILifestyle24.

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