Puntos destacados de la investigación:

  • Los adultos estadounidenses que manifestaron sentirse altamente discriminados en el trabajo tenían un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta respecto de aquellos que informaron un bajo índice de discriminación en el trabajo.
  • Los investigadores sugieren que las políticas e intervenciones contra la discriminación del gobierno y los empleadores pueden ayudar a eliminar la discriminación en el lugar de trabajo.

Prohibida su publicación hasta las 4 a. m., CT/5 a. m., ET del miércoles, 26 de abril de 2023

DALLAS, 26 de abril de 2023 — Los adultos estadounidenses que manifestaron sufrir discriminación en el trabajo tenían un mayor riesgo de desarrollar presión arterial alta respecto de aquellos que indicaron un bajo índice de discriminación en el trabajo, según una nueva investigación publicada hoy en la revista profesional de la American Heart Association, la revista revisada de acceso lidbre revisada por pares de la American Heart Association.

De acuerdo con las estadísticas de la American Heart Association de 2023, la presión arterial alta, que afecta a casi la mitad de los adultos estadounidenses, es uno de los principales factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares ; la principal causa de muerte entre los estadounidenses. Existe una creciente preocupación entre las personas sobre los impactos en la salud del racismo sistémico y la discriminación en las enfermedades cardiovasculares y de otro tipo, señalan los autores del estudio.

“Los científicos han estudiado las asociaciones entre el racismo sistémico, la discriminación y las consecuencias para la salud. Sin embargo, pocos estudios han analizado específicamente el impacto en la salud de la discriminación en el lugar de trabajo, donde los adultos, en promedio, pasan más de un tercio de su tiempo”, comentó el autor principal del estudio, Jian Li, M.D., Ph.D., profesor de Trabajo y Salud en Fielding School of Public Health y en la Escuela de Enfermería en University of California, Los Ángeles. “Hasta donde sabemos, esta es la primera evidencia científica que indica que la discriminación en el lugar de trabajo puede aumentar el riesgo a largo plazo de las personas de desarrollar presión arterial alta”.

Los investigadores de este estudio y otros han definido la discriminación en el lugar de trabajo como condiciones injustas o trato desagradable en el trabajo debido a características personales, en particular la raza, el sexo o la edad. Li y sus colegas analizaron la información del estudio sobre la mediana edad Midlife in the United States Study (MIDUS), que recopiló información sobre un grupo de adultos estadounidenses en una amplia gama de ocupaciones y niveles educativos. Se realizó un seguimiento durante 8 años a 1,246 adultos que no tenían presión arterial alta al comienzo del estudio, entre los años 2004-2006 (línea de base) hasta 2013-2014. Los participantes eran en su mayoría blancos y aproximadamente la mitad eran mujeres. Aproximadamente 1/3 de los participantes estaban en cada uno de los siguientes grupos etarios: menores de 45 años; entre 46 y 55 años y 56 o más. Al comienzo del estudio, la mayoría de los participantes informaron que no fumaban; no consumían o tenían un consumo moderado de alcohol (consumo de alcohol bajo a moderado = hasta dos tragos por día para los hombres y un trago por día para las mujeres; consumo excesivo de alcohol = consumo superior al moderado); y practicaban ejercicio físico de moderado a alto (bajo = nunca; moderado = una vez a la semana a una vez al mes; alto = varias veces a la semana).

Para evaluar la discriminación en el trabajo, los participantes respondieron preguntas de la encuesta sobre sus experiencias en el lugar de trabajo, como si sentían que recibían un trato injusto, si los vigilaban más de cerca que al resto o si los ignoraban con más frecuencia que a los demás empleados. La encuesta también indagó acerca de la frecuencia de insultos o bromas étnicas, raciales o sexuales en el trabajo, así como si los encuestados sentían que los ascensos laborales ocurrían de manera justa. Los investigadores calcularon las puntuaciones de discriminación en función de las respuestas de los participantes, y luego los dividieron en tres grupos en función de las puntuaciones percibidas: baja (de 6 a 7), intermedia (de 8 a 11) o alta (de 12 a 30). Todos los puntos y respuestas se ponderaron por igual.

El análisis determinó lo siguiente:

  • De los 1,246 participantes, 319 informaron haber desarrollado presión arterial alta después de aproximadamente ocho años de seguimiento (la presión arterial se registró dos veces: al inicio del estudio y durante el período de seguimiento).
  • En comparación con las personas que obtuvieron un puntaje bajo de discriminación en el lugar de trabajo al comienzo del estudio, los participantes con puntajes intermedios de exposición a la discriminación en el lugar de trabajo tenían un 22 % más de probabilidades de informar eventos de presión arterial alta durante el seguimiento.
  • En comparación con las personas que obtuvieron una puntuación baja de discriminación en el lugar de trabajo al inscribirse en el estudio, los participantes con puntuaciones altas de exposición a la discriminación en el lugar de trabajo tenían un 54 % más de probabilidades de informar eventos de presión arterial alta durante el seguimiento.

“Hay varios indicadores a partir de estos hallazgos”, afirmpo Li. “Primero, debemos aumentar la conciencia pública de que el trabajo es un determinante social importante de la salud. En segundo lugar, además de los factores de riesgo tradicionales, las experiencias estresantes en el trabajo debido a la discriminación son un factor de riesgo emergente para la presión arterial alta”.

Las posibles soluciones para eliminar la discriminación en el lugar de trabajo incluyen políticas e intervenciones organizacionales. Estos enfoques potenciales, cuando se usan junto con políticas más estrictas contra la discriminación por parte de los empleadores, pueden mejorar las habilidades de afrontamiento de los trabajadores, según los autores de la investigación.

Algunas limitaciones de este estudio incluyen que los participantes que no participaron en la sesión de seguimiento era más probable que no fuesen blancos, de niveles educativos más bajos, con puestos con un control laboral más bajo y, desafortunadamente, se halló que tenían mayor prevalencia de hipertensión. Además, la presión arterial alta fue autoinformada como diagnosticada por un médico a través de una encuesta. Un estudio futuro con exámenes médicos para medir la presión arterial diastólica y la presión arterial sistólica puede mejorar la validez de los resultados de la investigación. Además, la medición de la discriminación en el lugar de trabajo en el estudio MIDUS era genérica, y un estudio futuro podría explorar diferentes tipos específicos de discriminación en el lugar de trabajo, como la discriminación relacionada con la raza, el sexo o la edad en el trabajo.

“Este estudio se suma al creciente cuerpo científico que encuentra que la discriminación de cualquier tipo puede aumentar significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la presión arterial alta. También subraya la importancia del compromiso de la American Heart Association de abordar la equidad en la salud en el lugar de trabajo y entre la fuerza laboral para mejorar la salud individual”, explicó Eduardo Sanchez, M.D., M.P.H., FAHA, FAAFP, el Director Médico de Prevención de la American Heart Association. El Dr. Sanchez no participó en este estudio. “Como parte del trabajo general de la Asociación para derribar las barreras a la equidad en la salud y mejorar la salud de todos los estadounidenses, estamos construyendo colaboraciones sólidas que impulsarán un cambio real en el lugar de trabajo”.

Sanchez describió varias formas en que la Asociación está trabajando para cumplir con esos compromisos, incluida la publicación del informe “Cómo impulsar la equidad en la salud en el lugar de trabajo” elaborado por la Mesa redonda de directores ejecutivos de la American Heart Association y la iniciativa recientemente lanzada Equidad en salud en la fuerza laboral junto con Deloitte Health Equity Institute y Society for Human Resource Management Foundation.

Los coautores del estudio son Timothy A. Matthews, M.S.; Thomas Clausen, Ph.D.; y Reiner Rugulies, Ph.D. Los datos públicos de los autores se encuentran en el artículo.

Este estudio fue financiado por el Programa de Capacitación en Investigación Dirigida del National Institute for Occupational Safety y Health Education and Research Center del Sur de California, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE. UU. y University of California en Los Ángeles.

Los estudios publicados en las revistas profesionales de la American Heart Association son revisados por pares. Las afirmaciones y conclusiones de cada artículo son exclusivas de los autores del estudio y no reflejan necesariamente la política ni la posición de la Asociación. La Asociación no ofrece garantía de ningún tipo de su exactitud o fiabilidad. La Asociación recibe financiación de personas particulares principalmente; además, distintas fundaciones y empresas (incluidas empresas farmacéuticas y fabricantes de dispositivos, entre otras) realizan donaciones y financian eventos o programas específicos de la asociación. La Asociación tiene políticas estrictas para evitar que estas relaciones influyan en el contenido científico. Los ingresos de las compañías farmacéuticas y de biotecnología, los fabricantes de dispositivos y los proveedores de seguros de salud y la información financiera general de la Asociación están disponibles aquí.

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